Según difundió la agencia EFE, Carlos Ocaranza salía de un bar en Guadalajara cuando fue asesinado a tiros. En el percance también resultó gravemente herido su representante.
Hasta ahora no se tienen más detalles de su asesinato, pero su caso hace recordar al de otros de sus colegas que encontraron la muerte de manera similar.
Y para no ir más lejos en muertes de gruperos, está su pariente Valentín Elizalde, quien a finales de 2006 fue ejecutado a su salida de un palenque en Reynosa, Tamaulipas.
El cantante fue esperado por tres sujetos que abrieron fuego contra su camioneta frente a la presencia de cientos de personas que esperaban obtener un autógrafo del Gallo de Oro.
Igual de violenta resultó la muerte de Sergio Gómez, vocalista de K-Paz de la Sierra, quien en diciembre de 2007 fue secuestrado después de una presentación en Michoacán.
Horas después se supo que el cuerpo del cantante había sido encontrado en un área aledaña a Chiquimitío, cerca de Morelia, con evidentes signos de tortura.
Diversas especulaciones surgieron en torno a su muerte, por ejemplo que el cantante de 40 años sostenía una relación amorosa con la mujer de un narcotraficante.
También vinculada a esos terrenos resultó la cantante Zayda Peña Arjona, asesinada en diciembre de 2007, igual que Gómez.
Se dijo que la grupera sostenía una relación con la mujer de un narco, por ello el móvil de su crimen lleno de violencia, ya que fue atacada primero en un motel y después "rematada" en un hospital.
Otros casos
Marco Antonio Abdalá, representante de Julio Preciado, fue asesinado en enero de 2008 en Mazatlán. El empresario recibió dos impactos de bala en la cabeza.
En febrero de 2008, Jesús Rey David Alfaro Pulido conocido como El Gallito fue ejecutado en Tijuana. El cantante, conocido por sus interpretaciones de narcocorridos, presentaba signos de tortura.
Iván Aarón Canastillo, vocalista de Los Alazanes de Sonora, fue encontrado muerto en ese estado de la República en septiembre del año pasado.
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