La ola de muertes violentas que arropa a Puerto Rico cobró más víctimas en las últimas 24 horas al reportarse seis asesinatos en diferentes puntos de la Isla.
A las 7:30 de anoche, la Policía encontró los cuerpos de dos jóvenes ultimados a tiros dentro de un auto frente a una residencia en la calle Evarsto Vázquez del barrio Polvorín de Cayey.
Las víctimas fueron identificadas como Jonathan Santiago Ortiz, de 23 años, y José A. Meléndez Meléndez, de 22, ambos residentes de Cayey.
Por otra parte, temprano en la mañana de hoy el cadáver de una persona se encontró frente al negocio El Gato en la carretera PR-821 del barrio Abras en Corozal.
José Juan Jiménez Santiago, de 55 años, vecino de ese municipio, presentaba golpes en el área de los hombros y la cabeza.
También, la Policía informó que al mediodía de hoy un sujeto que aún no ha sido identificado por las autoridades fue asesinado a tiros en la urbanización Rexville de Bayamón.
En el más reciente caso, a eso de las 3:35 de la tarde de hoy, dos hombres murieron en medio de una balacera registrada en el residencial Yukiyú de Loíza.
Estos asesinatos elevan la cifra de muertes violentas a 930 en lo que va de año, 143 más que en 2010 a la misma fecha.
Las víctimas se identificados solo por sus apodos: "Sombra" y "Jensen" y la Policía reportó una tercera persona herida durante el tiroteo.
Estas muertes violentas elevan la cifra de asesinatos a 930 en lo que va de año, 143 más que las reportadas en 2010 para la misma fecha.
miércoles, 26 de octubre de 2011
jueves, 22 de septiembre de 2011
Militar sospechoso de ser un asesino en serie.
La Policía de Honduras detuvo a un militar como sospechoso de haber asesinado al menos a cinco homosexuales en Tegucigalpa en lo que va de 2011, informó hoy una fuente oficial, que señaló que puede tratarse de un "asesino en serie".
Se trata de Daniel Vásquez, un soldado de 22 años, asignado a un batallón de Infantería cercano a Tegucigalpa, que se presume que puede ser el autor de los asesinatos de cinco homosexuales este año y de otro en 2010, indicó a Efe el director de la Policía hondureña, Marco Tulio Palma.
En todos los casos el arma homicida fue un puñal, agregó.
El oficial dijo que a Vásquez se le seguía desde hace unos cuatro meses y que este miércoles fue capturado por ser el presunto responsable del asesinato de Jorge Nelson Flores, en noviembre de 2010, en un populoso barrio de Tegucigalpa.
Flores pertenecía a una "organización de diversidad sexual" de la capital hondureña, según el informante.
Agregó que "por el patrón y la forma de operar" del presunto criminal, se está llegando a la conclusión de que se trata de "un asesino en serie que primero establecía una relación de amistad con sus víctimas, luego se involucraba sentimentalmente con ellas y después las asesinaba".
Vásquez fue remitido este miércoles a los tribunales de justicia para que responda sobre los crímenes que le imputan las autoridades.
La Dirección Nacional de Investigación Criminal "busca evidencias contundentes sobre al menos cinco muertes similares registradas en los últimos nueve meses".
Se trata de Daniel Vásquez, un soldado de 22 años, asignado a un batallón de Infantería cercano a Tegucigalpa, que se presume que puede ser el autor de los asesinatos de cinco homosexuales este año y de otro en 2010, indicó a Efe el director de la Policía hondureña, Marco Tulio Palma.
En todos los casos el arma homicida fue un puñal, agregó.
El oficial dijo que a Vásquez se le seguía desde hace unos cuatro meses y que este miércoles fue capturado por ser el presunto responsable del asesinato de Jorge Nelson Flores, en noviembre de 2010, en un populoso barrio de Tegucigalpa.
Flores pertenecía a una "organización de diversidad sexual" de la capital hondureña, según el informante.
Agregó que "por el patrón y la forma de operar" del presunto criminal, se está llegando a la conclusión de que se trata de "un asesino en serie que primero establecía una relación de amistad con sus víctimas, luego se involucraba sentimentalmente con ellas y después las asesinaba".
Vásquez fue remitido este miércoles a los tribunales de justicia para que responda sobre los crímenes que le imputan las autoridades.
La Dirección Nacional de Investigación Criminal "busca evidencias contundentes sobre al menos cinco muertes similares registradas en los últimos nueve meses".
jueves, 7 de julio de 2011
Unos 27 asesinatos reportados en un sólo día por ola de violencia en Karachi.
El suceso más grave tuvo lugar a última hora de la tarde, cuando hombres armados sin identificar dispararon contra los pasajeros de tres autobuses en el barrio de Benarés.
Aunque la fuente policial consultada por Efe no especificó el número de fallecidos en estos tiroteos, los canales paquistaníes situaron el número de fallecidos en entre diez y trece y el de heridos en veinte.
Hoy también se registraron en Karachi varios asesinatos selectivos, término con el que las autoridades se refieren a las muertes de ciudadanos -en ocasiones políticos, activistas o simples militantes de partidos- a manos de bandas criminales.
Fuentes policiales consultadas por Efe antes de los tiroteos en los autobuses elevaron a 49 el número de asesinatos esta semana en Karachi, la capital de la provincia de Sindh, por lo que ahora la cifra asciende a cerca de 60.
Pese a ello, varios canales televisivos aseguraron que tan solo en los últimos tres días son 60 los fallecidos en Karachi.
El ministro paquistaní de Interior, Rehman Malik, ha tomado nota de los sucesos y ha pedido información a la Policía.
Las fuerzas de seguridad tienen problemas poner coto en la mayor ciudad de Pakistán, con unos 18 millones de habitantes, al crimen y las mafias, que controlan varios barrios de la ciudad.
Muchos de los que perdieron la vida durante esta semana son de la etnia pastún, pero no fueron asesinados por comunidades rivales sino en distintas acciones armadas entre miembros de su etnia, según la Policía.
Los pastunes, etnia de la que proceden tradicionalmente los talibanes, habitan alguno de los barrios más conflictivos y depauperados de Karachi, como el de Orangi.
Karachi se ha convertido en una bomba demográfica en la que mohayires, punyabíes, pastunes y otras comunidades pugnan por la supremacía política.
Según un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), el año pasado en Karachi fueron asesinadas 750 personas, con y sin vinculación a partidos políticos.
Aunque la fuente policial consultada por Efe no especificó el número de fallecidos en estos tiroteos, los canales paquistaníes situaron el número de fallecidos en entre diez y trece y el de heridos en veinte.
Hoy también se registraron en Karachi varios asesinatos selectivos, término con el que las autoridades se refieren a las muertes de ciudadanos -en ocasiones políticos, activistas o simples militantes de partidos- a manos de bandas criminales.
Fuentes policiales consultadas por Efe antes de los tiroteos en los autobuses elevaron a 49 el número de asesinatos esta semana en Karachi, la capital de la provincia de Sindh, por lo que ahora la cifra asciende a cerca de 60.
Pese a ello, varios canales televisivos aseguraron que tan solo en los últimos tres días son 60 los fallecidos en Karachi.
El ministro paquistaní de Interior, Rehman Malik, ha tomado nota de los sucesos y ha pedido información a la Policía.
Las fuerzas de seguridad tienen problemas poner coto en la mayor ciudad de Pakistán, con unos 18 millones de habitantes, al crimen y las mafias, que controlan varios barrios de la ciudad.
Muchos de los que perdieron la vida durante esta semana son de la etnia pastún, pero no fueron asesinados por comunidades rivales sino en distintas acciones armadas entre miembros de su etnia, según la Policía.
Los pastunes, etnia de la que proceden tradicionalmente los talibanes, habitan alguno de los barrios más conflictivos y depauperados de Karachi, como el de Orangi.
Karachi se ha convertido en una bomba demográfica en la que mohayires, punyabíes, pastunes y otras comunidades pugnan por la supremacía política.
Según un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), el año pasado en Karachi fueron asesinadas 750 personas, con y sin vinculación a partidos políticos.
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